Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

G.O.

miércoles, abril 08, 2009

AMIGOS

Uno de los temas más fascinantes de la actualidad es los entornos virtuales y las relaciones virtuales. Leí algunos libro sobre el tema, muchos articuos, escribí un par de ponencias sobre algunos cuentos y ensayos menores y un guión para corto ahora extraviado que giraba en torno a la forma en que nos relacionamos con los demás através de la red.
Uso el internet desde los catorce años y estuve en un chat a los quince; los primeros chats en excite.com Ahí conocí a Fernando, un amigo de los angeles que tenía, segun recuerdo, 21 años. Me abordó despues de que escribí alguna sartara de tonterías sobre no sé qué tema controversial de la sala. Cuando me preguntó mi edad se sorprendio y llegó a aegurarme que era más o menos un niño super dotado (yo para contrariar a mis maestros, que no me bajaban de alumno mediocre y más o menos conflictivo, decidí creerle) Nos veiamos siempre por la noche, en la misma sala ( el messenger vendría mucho más tarde) Me mandó una postal. Le di mi teléfono y marcó unos días despues. Recuerdo que sentí verguenza y miedo cuando mi padre me paso la bocina : te llama Fernando. Verguenza por que era un "amigo virtual" Miedo , no sé, tal vez por que por primera vez supe que estaba relacionandome con una persona que no conocia, o de saber que esa persona "virtual" se estaba haciendo "real" Hablamos un par de veces más. Luego, no sé cómo, nos perdimos la pista. Nunca conocí su rostro y no recuerdo bien las conversaciones que tuvimos. Su vida, esto sí lo recuerdo, no había sido fácil. Creo recordar que acababa de terminar con una novia, que vivía en un departamento con un amigo, que había dejado sus estudios para trabajar, que como casi todo imigrante, soñaba con volver a méxico algún día. Más tarde, mucho más tarde, conocí a Helena. Vivía en españa y tenía un novio en argentina. Quería estudiar medicina y eso hizo má tarde. Quería irse a Africa en el programa de médicos sin frontera y creo que eso hizo. No lo sé. Nos extraviamos. Me mandó unas fotografías: frente amplia, ojos cafés, una chica atractiva pero algo triste. La recuerdo como una mujer profundamente sensible e inteligente (a veces mala combinación, o mejor dicho: combinación difícil) Ya en las última etapa nos confesamos que sentiamos algo. Solo escribimos eso: algo. Yo comenzaba a tener la certeza absoluta de que nos conoceriamos. Finalmente solo nos separaban unos cuantos miles de kilometros de mar. Justo hace unos momento busqué en el buzón de entrada un posible rastro de ella : gr_helena , ningún correo. Las fotografias, desde luego, se perdieron en renovaciones de computadora o en las periodicas formateadas. No las guardé con cuidado por que pensé que siempre estaríamos en comunicación. La busqué en el messenger y ahí está todavia, o mejor dicho , ahí está un icono que no se esciende de verde desde hace muchisimo tiempo. Su perfil de Space solo dice: Helena , locación: españa. Ni una foto, ninguna huella. Acabo de recordar también que meses después de no saber de ella, le escribí un par de veces sin obtener ninguna respuesta. No importa Helena. Me gusta imaginarte en Africa, con tu frente española, más feliz de lo que me parecio que eras. Fernando: perdón por nunca enviarte la postal que prometí mandarte de regreso. A veces pienso que si la hubiese mandado seguiríamos siendo amigos. Pienso en ustedes dos de vez en cuando y los recuerdo con mucho
Cuando leía aquella ponencia en un congreso, creo que en puebla, sobre la construcción de la subjetividad en los entornos virtuales, era , en el fondo, ahora lo sé, un intento por recuperarlos un poco a ustedes, para volver a nuestras conversaciones y saber qué fuimos o en qué nos convertiamos en esas largas conversaciones que tuvimos hasta muy tarde; para saber, para afirmar , ya sin verguenza, que fuimos amigos, Fernando; que estuve enamorado de ti, Helena.

3 comentarios:

Isolda dijo...

He llegado aquí por causa de mi insomnio...Creo en las señales, es decir, las veo por por todas partes, aunque supongo que eso se debe también al insomnio. Es curioso porque justo ahora, acabo de mudar mi blog, sin despedirme de un par de personas -también vrtuales- que me hubiera encantado conocer.
Ojalá algún día puedas encontralos, por lo pronto:
Soy Elena, sin H, una mujer cualquiera. Quizá es una señal, quizá algún día encuentres o te encuentre tu Helena.

Yan dijo...

Que bueno que esta no fue nuestra historia.

Nos conocimos en una sala de chat cuando no había messenger (coincidencia 1), nos perdimos la pista un tiempo (coincidencia 2), pero nos volvimos a encontrar en el camino.

Estoy feliz de que hayamos pasado de amigos virtuales a reales, de contarte entre mis amigos, aunque no nos veamos frecuentemente y que de vez en cuando se ponga en verde tu ícono del messenger.

TQM

B. Rimbaud dijo...

Saludos Che!

Interesante la construcción de la subjetividad relacionada con los entornos virtuales.