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G.O.

sábado, julio 12, 2008

1.1.a


* *Sí los pintores suelen hacer autorretratos, los escritores practican un género equivalente: el diario. Sin embargo el autorretrato es una obra destinada a la exhibición, mientras que el diario nos llega, (cuando se trata genuinamente de un diario) por la vía del sacrilegio, de la invación a la privacidad, de la traición a un deseo (Kafka-Max Brod) En este caso, el texto da siempre la impresión de querer permanecer en el más acá de la intimidad, de lo privado, etc. Se reserva bien su espacio de silencio, su reticencia inherente; y sí ha de leerse, no ha de ser en un acto soberano del lector sobre el texto, sino mediante un acto de infiltración. Lectores no invitados a la lectura, intrusos en medio de los signos y la memoria. Se me ocurre que el autorretrato del escritor podría ser no el texto autobiografico ni el diario sino la autoentrevista, un gesto deliberado de poner en tal lugar las pinceladas y de trazar las lineas de una intención que es doble: conocerse, y darse a conocer, es decir, conocerse de vuelta, en los otros. Ensayé esta conjetura y a manera de juego (la autocompresión debe ser una construcción lúdica, a no ser que queramos aburrinos a nosotros mismos) me hice unas pregutnas que terminé por no saber cómo preguntarme, pero cuya formulación revelaron de manera más exacta mi fisonomia que las respuestas mismas.
**No por soledad, sino por bipolaridad, escición de conciencia (a conciencia, también), juego de espejos, practiqué el ajedrez contra mi mismo. Movía con las negras, invertía el tablero, y respondía con las blancas. La dinámica tiende a ser exhaustiva para la inteligencia: un movimiento, cualquiera, contiene ya su contramovimiento, su negación. Pero la mente tiende a ser concesiones, las partes no tardan en negociar, en diluirse en una sola y única estrategia general de juego, pero también está el camino del colapso, el corto circuito, la locura.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegra que tengas tu blog, y ver lo que estuviste haciendo en mi cumpleaños, en lugar de hablarme y felicitarme... ni hablar de que fueras a darme mi abrazo...

Saludos

A n A dijo...

Aló!
La Literatura (jajajajajajaja), hace mucho tiempo que me seduce mas un comercial de jabones que la literatura, sin embargo, y creo habertelo dicho hasta cansarme, te respeto porque haces de la literatura un acto de inmolación... admiro a la gente con "principios"... a vos te respeto y te quiero.
Un abrazo.
G. Cronopios.

Anuar dijo...

Me parece que la conclusión hegeliana a la que llegas es casi esquisofrénica. Suena divertida.
Sí, bueno (si la respuesta sí puede tener algún sentido cuando se la decímos al alguién sin que la espere)me parece que el autoretrato de un artista de este modo nos pudiera ser evidente. Aunque no sé qué tanto del nuestro también, o si sólo sea esto último.
Coincido con el comentario de uno de tus contactos. Me parece más exquisita (valga)la experiencia de ver un comercial de jabones.... Sobre todo si son camay, que la literatura.
Un fuerte abrazo.
Vengan las caguas, ¿qué no?

Unknown dijo...

Ché
quiero esccribir la "refutación" al segundo sexo de la De Beauvoir, otra vez siento un desprecio "delicioso" por las mujeres, sobre todo por las emancipadas, esas puercas hippies de cagada que hablan francés y leen a Ángeles Mastreta, de esas a las que les gusta el cine de "culto" y tienen por mascota un gato y su película favorita es Amelie, de las que dicen que les "encanta el jazz"... en fin estoy necesitada de "E S T R U C T U R A"....